Fuente original: actasanitaria.com

Autora: ROSA MAGALLON BOTAYA

Ante la decepción causada por el pronunciamiento del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) sobre la Atención Primaria (AP), dada la falta de un compromiso presupuestario claro y de medidas concretas, la autora, desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), ofrece los puntos de actuación para su recuperación. 

El Gobierno de España y las Comunidades y Ciudades Autónomas han acordado aprobar un Plan de Acción específico sobre Atención Primaria antes de que termine el año. Esta decisión se tomó hace unos días en el marco de un Consejo Interterritorial de Salud con el objetivo monográfico de analizar la situación de la Atención Primaria de nuestro Sistema Nacional de Salud. Dos días de reunión de todos los consejeros de Sanidad junto con la ministra, para comprometerse a aprobar este Plan y elaborar un manifiesto en el que, de nuevo, se da cuenta de la situación de la Atención Primaria.

La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) agradece el esfuerzo en esta declaración de buenas intenciones, que culmina con el tardío reconocimiento unánime, ¡al fin!, de la crítica situación de la Atención Primaria y el enésimo compromiso de canalizar medidas. Que analicen opciones para construir un nuevo modelo que responda a las necesidades sociales y profesionales, contando con las expectativas y diferentes realidades, para entre todos elaborar un nuevo documento para salvar a la atención primaria, etc., etc., Todo ello sin compromiso presupuestario claro y sin medidas concretas. Nos sentimos decepcionados por ello.

Aspectos a considerar

El deterioro de la Atención Primaria se venía produciendo desde años antes de esta pandemia, antes de la crisis económica que se inició en 2008, y probablemente mucho antes

Reiteramos nuestra esperanza en un manifiesto que, en palabras de la ministra y en resumen, se compromete a trabajar sobre el abordaje integral de los problemas de salud más frecuentes; la práctica clínica centrada en la persona y la comunidad; la mejora de la capacidad de resolución diagnóstica; el fortalecimiento de la longitudinalidad de la atención…  Asimismo, tendrá en cuenta el crecimiento profesional; el impulso de los sistemas de información y la digitalización; el fomento de la innovación y de la investigación; y la adaptación y formación de los Recursos Humanos, garantizando la efectividad, la sostenibilidad y la calidad de la Atención Primaria. Y sobre todos estos aspectos, los consejeros se comprometen a adecuar la política presupuestaria y el desarrollo normativo que posibiliten la consecución de los objetivos del Plan de Acción.

Coincidimos en el análisis realizado, que ya venimos denunciando desde muchas sociedades científicas y otros colectivos profesionales con pequeños matices, pero con un diagnóstico común.  El deterioro de la Atención Primaria se venía produciendo desde años antes de esta pandemia, antes de la crisis económica que se inició en 2008, y probablemente mucho antes. Y bien es verdad que se ha agravado en los últimos años, reduciéndose progresivamente los recursos destinados a la atención primaria, de manera de las crisis sanitarias han perjudicado en mayor proporción a la Atención Primaria que a otros niveles asistenciales.

La progresiva degradación de la AP ha sido la consecuencia de decisiones políticas que han conducido a una financiación insuficiente, a una mala gestión de los recursos y de la organización, a la potenciación de la medicalización y al hospitalocentrismo

Ha habido muchas iniciativas, muchos esfuerzos para llegar al diagnóstico y creemos sinceramente que todo está dicho, incluidas las medidas correctoras para salvar a la atención primaria. Propuestas concretas que pasan por la voluntad política de poner en marcha las medidas en las que básicamente coincidimos todos: dotación presupuestaria real, del 25% del presupuesto destinado a sanidad, cambios organizativos profundos y desarrollos normativos. Una apuesta clara y unitaria de todas las comunidades autónomas para incrementar las plantillas de personal incluido el de admisión; garantizar unas condiciones dignas (para intentar recuperar a los profesionales que huyeron de la precariedad e inestabilidad); normalizar el acceso a los Centros de Salud; recuperar las consultas presenciales; incorporar nuevos profesionales a los equipos (fisioterapia, matronas, salud mental, logopedia, atención temprana, farmacología clínica …), ahora solo accesibles por derivación y algunas con inauditas demoras; desmedicalizar la Atención Primaria y ofertar opciones de cuidados con una orientación comunitaria y sociosanitaria, teniendo en cuenta el envejecimiento poblacional creciente y las situaciones que ocasionan inequidad (migración, paro, pobreza,…); así como favorecer los autocuidados, la promoción, la prevención y la rehabilitación; mejorar la relación con el nivel hospitalario; potenciar los Procesos Asistenciales como base de la atención de salud, coordinados desde la Atención Primaria; desarrollar la orientación comunitaria con la colaboración de Salud Pública y la consideración de los determinantes sociales de la salud: promover la participación de las administraciones locales en las actividades de salud; trasformar las Áreas de Salud con gerencias de Atención Primaria; garantizar la participación y empoderamiento y participación real de los ciudadanos en la promoción y gestión de la salud; y promover la inteligencia de la Atención Primaria potenciando las actividades formativas, docentes y de investigación.

Manos a la obra

Hay que ponerse manos a la obra. El diagnóstico está hecho. El enfermo se agrava. Se agotan las opciones terapéuticas…. La progresiva degradación de la AP ha sido la consecuencia de decisiones políticas que han conducido a una financiación insuficiente, una mala gestión de los recursos y de la organización, a la potenciación de la medicalización y al hospitalocentrismo. Y aunque se agradece el monográfico y el reconocimiento tardío del Consejo Interterritorial, la decepción de los colectivos profesionales, como el nuestro, y de la sociedad es grande ante esta enésima declaración de buenas intenciones, que no concreta nada.

Necesitamos hechos y no más promesas. ¡Esperamos respuestas unánimes por parte del Consejo Interterritorial ya!. Por eso, profesionales, entidades y organizaciones preocupados por la Atención Primaria hemos puesto en marcha la iniciativa Salvemos la Atención Primaria para exigir actuaciones urgentes que solucionen los problemas de manera inmediata.

Únete a nosotros/as, porque las soluciones solo vendrán de la presión social y profesional.

Mas información y adhesiones a la iniciativa en: https://forms.gle/DMTFmuqYAzMCZju97

https://fadsp.es/wp-content/uploads/2021/09/ManifiestoAPdef.pdf

Rosa Magallon Botaya

Médico de Familia de Aragón