El último informe sobre privatización de la FADSP refleja el impulso de los mecanismos privatizadores desde la pandemia.

Por: Luisa Lores 22 de octubre de 2025, 7:14

Fuente original: nuevatribuna.es

La privatización de nuestro SNS está envuelta en una maraña de intereses, corrupción y dejación de funciones de los organismos encargados de inspeccionar, auditar y defender los servicios públicos y los intereses de la ciudadanía.

El último informe sobre privatización de la FADSP refleja el impulso de los mecanismos privatizadores desde la pandemia. La privatización conlleva un fuerte incremento de la carga de enfermedad de la población (a pesar de un gasto sanitario creciente, que ya sobrepasa los 100.000 millones de euros anuales).

El control de los datos sanitarios por parte de las empresas y la falta de transparencia dificultan la evaluación continuada y la comparación de indicadores básicos entre las distintas CCAA, pero no pueden ocultar el incremento de la morbimortalidad de la población, explicable porque la privatización convierte la enfermedad en una mercancía que genera cuantiosos beneficios.

La mayoría de los informes y estrategias de enfermedades en el SNS están controlados por las empresas que se lucran de esas mismas enfermedades

La mayoría de los informes y estrategias de enfermedades en el SNS están controlados por las empresas que se lucran de esas mismas enfermedades, y el desempeño profesional se rige por estas guías. Esta es una de las consecuencias más graves de la privatización de nuestro SNS, la externalización del I+D+i (la formación y la docencia de nuestros profesionales, las decisiones sobre la alta tecnología y la innovación, la gestión de los datos de la HC electrónica y de la Inteligencia Artificial)

La salud ya no es el objetivo, lo que origina un preocupante incremento de múltiples enfermedades neurológicas, inmunológicas u oncológicas .

A pesar del enorme aumento de los recursos invertidos en el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer de mama, este se ha más que duplicado desde 2012 y ocurre en pacientes cada vez más jóvenes, y algo similar sucede con el cáncer de próstata, y el cáncer de pulmón en mujeres.

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) realiza informes anuales que demuestran el crecimiento progresivo de la incidencia de cáncer. De 188.000 casos diagnosticados en el año 2005 hemos pasado a 296.000 en 2025 y lo que es peor, esta Sociedad científica considera que se alcanzarán los 350.000 casos en 2050, debido en parte al incremento de la población pero sobre todo a causas evitables como el empeoramiento de la alimentación y de los hábitos de vida. La SEOM no realiza autocrítica de este fracaso en el control del cáncer, como si la promoción de la salud y la prevención primaria no formase parte de su cartera de servicios.

La SEOM no realiza autocrítica de este fracaso en el control del cáncer, como si la promoción de la salud y la prevención primaria no formase parte de su cartera de servicios

La lucha contra el tabaquismo, origen de uno de cada tres casos de cáncer y principal causa de morbimortalidad evitable en España, es marginal en nuestro SNS. De hecho se fuma en los rincones y los pasillos de nuestros Centros de Salud y nuestros hospitales, rodeados de letreros de costosas campañas de “Fumar Mata”.

El aumento de la carga de enfermedad de la población supone una enorme oportunidad de negocio en un SNS cada vez más privatizado y centrado en el diagnóstico de las enfermedades con equipos de alta tecnología, que se sustituyen en pocos años por otros más costosos, y el tratamiento con fármacos escandalosamente caros.

La compra de un nuevo equipo de alta tecnología diagnóstica o la generalización de un nuevo fármaco o una nueva vacuna implica gasto en material fungible, espacios, personal, mantenimiento…por eso es imprescindible establecer las prioridades y evaluar las necesidades antes de la toma de decisiones estratégicas para nuestro SNS, sin la contaminación de las empresas beneficiarias o de los profesionales financiados por estas mismas empresas.

La privatización y la corrupción de nuestro SNS no nace por generación espontánea, sino gracias al fuerte impulso desde gobiernos autonómicos con tratos directos con las Multinacionales Sanitarias

La privatización y la corrupción de nuestro SNS no nace por generación espontánea, sino gracias al fuerte impulso desde gobiernos autonómicos con tratos directos con las Multinacionales Sanitarias, como el de Andalucía o de la CAM con el grupo hospitalario Quirón, cuya venta a la farmacéutica alemana Fresenius ha sido denunciada por la hacienda pública española por eludir más de 350 M de euros en impuestos, denuncia admitida recientemente por la Audiencia Nacional. En estas manos están nuestros pacientes.

  • El gobierno actual debe auditar el funcionamiento del SNS y exigir el cumplimiento de las Ley de Contratos del Sector Público, excluyendo a las empresas fraudulentas, y de la Ley de Incompatibilidades, cuyo cumplimiento se elude mediante normativas autonómicas con rango inferior a la propia ley.
  • El gobierno actual debe auditar especialmente a las agencias, fundaciones y otros entes instrumentales de gestión, puerta de entrada de la infección que carcome el Sistema, y debe potenciar la AP y la Salud pública si realmente pretende disminuir la carga de enfermedad de la población
  • Los protocolos que guían la atención sanitaria no deben estar elaborados por profesionales con conflictos de intereses. No es suficiente conque estos se declaren. Existen excelentes profesionales volcadas/os en el trabajo y en la defensa del SNS tanto o más capaces. Y revisar los comités de ética de la investigación, con mayoría de miembros ultraconservadores en muchas CCAA

Que el gobierno no se demore o pronto habrá poco que salvar. Aún estamos a tiempo. Es urgente recuperar el control público de Sistema, exigir el cumplimiento estricto de las leyes y combatir la corrupción, y así salvar nuestro querido SNS.


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