El sistema sanitario andaluz es nuestro porque lo financiamos nosotros y los gobiernos de turno están obligados a gestionarlo bien para que sea beneficioso para todos

Por: Manuel Torres / José Antonio Brieva / Antonio Vergara de Campos

Fuente original: eldiario.es

Recientemente, the Global Burden of Disease Study 2023, un grupo multicéntrico de investigadores pertenecientes a muchos países han publicado en la revista The Lancet un estudio extraordinario. Se analizan las estimaciones de la incidencia de cáncer para 47 tipos o grupos de tumores por edad, sexo y 204 países y territorios de 1990 a 2023; también establece cuantos casos de cáncer son atribuibles a factores de riesgo seleccionados de 1990 a 2023 y se hace una estimación de la incidencia de cáncer prevista hasta 2050. Los resultados y conclusiones fundamentales fueron las siguientes: El cáncer fue la segunda causa de muerte de las poblaciones después de las enfermedades cardiovasculares. En 2023 hubo 18,5 millones de nuevos casos de cáncer y 10,4 millones de muertes por esa enfermedad. De esas muertes, 4,33 millones (41,7 %) fueron debidas a casos de cáncer con factores de riesgo identificados. De 1990 a 2023 el número de muertes por cáncer se incrementó en un 74,3 % y en el mismo periodo, el número de casos por tumores con factores de riesgo identificados aumento en un 72,3 %. Las estimaciones que hace esta investigación son que en 2050 habrá 30,5 millones de casos y 18,6 millones de muertes producidas por cáncer, aunque esta expansión se deberá fundamentalmente al aumento demográfico futuro.

Por otro lado, en 2020 se publicó otro estudio que analizaba la mortalidad inducida por los retardos del tratamiento en pacientes con cáncer y, gracias a una metodología de metaanálisis, pudieron evaluarse 1.272.681 pacientes afectos de siete tipos de canceres relativamente frecuentes: vejiga, mama, colon, recto, pulmón, cérvix y cabeza y cuello. De forma global se demostró que un retardo de cuatro semanas del tratamiento principal aumentaba el riesgo de muerte (RM) significativamente. Si ese era el retardo de la cirugía, el riesgo de muerte aumentaba en un 6-8% por cada 4 semanas de retraso. En cuanto al cáncer de mama se refiere, retardos de cirugía de 8 y 12 semanas aumentan el RM en 17% y 26 % respectivamente. Haciendo la correspondiente extrapolación, un retardo de la intervención de 12 semanas para todas las enfermas con cáncer de mama durante un año, produciría un exceso de mortalidad anual en esas pacientes de 1.400 mujeres en el Reino Unido, 6.550 en Estados Unidos, 600 en Canadá y 500 en Australia. Incluso un retardo inferior a 4 semanas puede llevar algún riesgo asociado.

Las conclusiones de estas investigaciones y las de otras similares, indican que los Sistemas de Salud tienen que adaptarse y prepararse para ese aumento global de la enfermedad cancerosa y establecen las tres líneas fundamentales de abordaje de este importante problema sanitario, que son 1) Evitar y combatir los factores de riesgo identificados, 2) Diagnóstico precoz de la enfermedad y 3) Indicar el mejor tratamiento y administrarlo con prontitud.

Surge inmediatamente la pregunta ¿está atendiéndose en Andalucía adecuadamente esta realidad?

En primer lugar, múltiples datos revelan que. en los últimos años, se ha instaurado un deterioro creciente del Sistema Sanitario Público andaluz con financiación insuficiente y mal empleada, una Atención Primaria (la columna vertebral del sistema) devastada y con su función preventiva perdida y un gobierno empeñado en privatizar la asistencia sanitaria a toda costa. Y ello ocurre a pesar de que en otros países el aumento de la privatización del sistema sanitario se ha asociado con un aumento de la mortalidad evitable de la población atendida.

Como resultado de esta situación, las listas de espera sanitarias en Andalucía están entre las más prolongadas del país y este hecho ha ocurrido en los últimos años. En concreto, en 2024 solo el 14,4 % de los ciudadanos que pedían cita en Atención Primaria eran atendidos dentro de 48 h tras la petición. Esa cifra representaba el lugar 15 de las 17 Comunidades Autónomas (CCAA) del país. La media nacional era de 22,2 %. En Andalucía y en 2018, ese indicador se situaba en el 51,9 %. En diciembre de 2024 en Andalucía, el tiempo medio de espera para una cita de Atención especializada era de 150 días. Otra vez se situaba en el lugar 15 de las 17 CCAA sólo delante de Canarias y Navarra. La media nacional de ese indicador era de 105 días. Para esa fecha, el tiempo medio de espera para una intervención quirúrgica no urgente en centros andaluces era de 176 días. Ello representa la espera más larga entre todas las CCAA del país excepto Extremadura. La media nacional de esa tasa era de 126 días.

Es especialmente preocupante el tiempo de espera del paciente que no está diagnosticado. Muchas personas que acuden a su médico de familia y que luego son enviadas a otro facultativo especialista cumplen esa condición. La espera media para esa evaluación en Andalucía es de unos 5 meses y a esto hay que añadir las esperas que tengan las distintas pruebas complementarias (de las que la administración andaluza no ha revelado nunca los tiempos de demora) que solicite el profesional y la segunda consulta para comunicar los resultados. En conclusión, las listas de espera en Andalucía se sitúan en un nivel insoportable con un alto riesgo para la salud individual de las personas sobre todo si finalmente el paciente está afecto de una enfermedad oncológica.

Los fallos de la situación sanitaria andaluza y en lo que a los procesos oncológicos se refiere, no se limitan solo a las listas de espera. Por ejemplo, durante los meses de julio y agosto pasados en el hospital Punta de Europa de Algeciras, los nuevos pacientes diagnosticados de procesos oncológicos tuvieron que ser trasladados a otros hospitales de la provincia de Cádiz para recibir tratamiento por falta de personal especializado en el centro. ¿Cómo es posible que ocurran estos disparates, que perjudican directamente a personas diagnosticadas de cáncer? No puede haber grandes discriminaciones territoriales en cuanto a infraestructuras técnicas y/o humanas que debieran ser equitativas.

Teniendo en cuenta el grave deterioro funcional descrito, incluida la opacidad en las cifras de demora para la realización de pruebas complementarias, sobrecoge pero no sorprende, la emergencia ahora del escándalo en el programa de cribado de cáncer de mama. Mujeres con lesiones dudosas en la mamografía inicial no eran informadas del resultado y muchos meses después, en algunas de ellas se comprobó la presencia de cáncer. Son hechos indignantes porque como hemos podido ver, estos retrasos empeoran mucho el pronóstico de la enfermedad y la espera es un factor evitable. Esta situación parece deberse, además, a la errática gestión del programa de detección precoz que pudiera estar provocando que las mujeres sientan una creciente desconfianza hacia el mismo. Así, la participación de mujeres en el cribado ha descendido en los últimos años, como se aprecia en la figura 1.

Es un dato importante porque la utilidad del programa empieza a ser cuestionable si la participación desciende por debajo del 70 %. Ante estos hechos ¿estableció la administración sanitaria las oportunas correcciones? Por ejemplo, el potenciar los centros de Salud, red ampliamente distribuida y cercana a las poblaciones, parece el elemento clave para conseguir que la participación de mujeres en ese programa sea muy superior. Es el Sistema Sanitario Público lo que hay que potenciar y dotar de más financiación y medios.

Pero como es habitual en este gobierno, parte del programa de la detección precoz se ha privatizado. Aunque el presidente andaluz lo haya negado en sesión parlamentaria, en la propia web de la Junta de Andalucía puede consultarse todos los aspectos de la contratación con la empresa correspondiente. El funcionamiento de los centros públicos se conoce, los ciudadanos pueden obtener información al respecto, pero no conocemos el modo de operar, ni los controles, ni el sistema de selección de personal de las empresas contratadas por el Servicio Andaluz de Salud. Incluso, grupos de oposición en el Parlamento andaluz han cuestionado el funcionamiento de estas empresas.

Y otra vez ocurre lo mismo. Coinciden ambos hechos: Privatizar cada vez más el sistema sanitario y peores resultados en Salud siendo los ciudadanos directamente perjudicados por ello. En un amplio e interesante informe “Mortalidad por tumores en el siglo XXI: Diferencias entre Andalucía y España” se muestra en detalle como los fallecimientos por cáncer de mama han ido disminuyendo a lo largo de los años en todo el país, pero en Andalucía en ese periodo, la tasa de mortalidad se ha ido manteniendo superior al resto de España, como se aprecia en la figura 2 (a lo largo del tiempo, las dos líneas se van separando cada vez más).

Hay más datos para la preocupación. La tasa de mortalidad por cáncer de mama a lo largo de los años en cada provincia española se conoce. Y para 2023, cinco provincias andaluzas se situaban entre las diez primeras del país. Pero es que en el año 2022 la tasa prevalencia de cáncer de mama por comunidades era más alta en Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra que en Andalucía. Entonces ¿por qué aquí la mortalidad por esa enfermedad es superior? Los responsables de la política sanitaria en Andalucía, incluyendo a su presidente, ¿se han preguntado por qué el pronóstico del cáncer de mama es peor en esta Comunidad?

Finalmente, ante una movilización popular que sigue hoy creciendo en las calles, el Sr. Moreno Bonilla, no ha tenido más remedio que reconocer la crisis de los graves errores del cribado de cáncer de mama y ha cesado a su tercera consejera de Salud. Pero él no ha parado de decir falsedades sobre el tema. Primero se culpó a un protocolo que hasta donde sabemos, ha funcionado bien hasta que su gobierno llegó. Después afirmó que los fallos se han limitado a un único hospital y provincia, algo cada vez menos creíble. Más adelante, aseguró que las mamografías no se estaban privatizando lo cual no es cierto como se ha mostrado anteriormente. Y ha llegado a decir que se ha enterado del problema tan solo unos días atrás, pero había denuncias de los hechos por mujeres afectadas por este grave fallo asistencial desde hacía más de año y medio.

El panorama es desolador. Ante estos hechos demostrados y esas falacias emitidas por el gobierno andaluz parece evidente que Andalucía, ni estaba preparada ni se está preparando para afrontar el crecimiento previsto del cáncer. Lo ocurrido cuestiona por completo el programa de diagnóstico precoz del cáncer de mama en Andalucía e induce la sospecha de que este ocurriendo algo parecido en personas enfermas con otro tipo de tumores. Y el caso es que la realidad es muy cruda. Actualmente la mortalidad global ajustada por edad en Andalucía es la más alta de todas las CCAA.

Todas las alarmas se han encendido y la desastrosa situación de la Sanidad Pública andaluza es ya evidente para todos. El gobierno andaluz actual realiza una política sanitaria pésima que perjudica directamente a los ciudadanos. La pregunta es ¿Como es posible que estemos consintiendo esto?. El sistema sanitario andaluz es nuestro porque lo financiamos nosotros y los gobiernos de turno están obligados a gestionarlo bien, para que sea beneficioso para todos. ¿Qué nos queda por ver para actuar?. Si queremos recuperar un Sistema Sanitario Público universal y de alta calidad, la opción política actual que gobierna en Andalucía tiene que dejar de hacerlo. Nosotros decidimos.

Manuel Torres Tortosa. Ex jefe de sección (jubilado) de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario Punta de Europa, Algeciras (Cádiz).

José Antonio Brieva Romero. Ex jefe de servicio (jubilado) de Inmunología Clínica. Hospital Universitario Puerta del Mar, Cádiz.

Antonio Vergara de Campos. Ex jefe de sección (jubilado) de Enfermedades Infecciosas, Hospital Universitario de Puerto Real (Cádiz).

Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Andalucía


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