
Desde la FADSP entendemos que conviene recordar cuales son las prioridades que tiene pendientes nuestra Sanidad Pública para garantizar que su universalidad, su accesibilidad y la calidad de sus prestaciones
1.- Salvar la Atención Primaria: La Atención Primaria se encentra en una situación crítica tras los recortes de 12 años y la estrategia COVID: el presupuesto es insuficiente, falta personal, plantillas mal dimensionadas, listas de espera, barreras de acceso, cierres de centros, medicalización y una expulsión de la población hacia el sector privado.
El modelo de AP tal y como se concibió en sus orígenes, no se sometió a un debate social y nunca se implementó en sus aspectos claves de promoción, prevención, participación comunitaria y aplicación del método epidemiológico como herramienta de trabajo. El deterioro sufrido y consentido ha derivado hacia la masificación y a la atención exclusiva a la enfermedad. El desmantelamiento de la AP pone en riesgo a todo el sistema sanitario público, del que debería ser la puerta de entrada y eje funcional. En este contexto hay que plantearse:
- Aumentar el presupuesto para AP para que alcance el 25% del presupuesto sanitario público
- Incrementar los recursos humanos: incremento del personal de todas las categorías
- Elaborar de manera consensuada un Nuevo Modelo de Atención Primaria, resolutivo, participativo y comunitario (el actual está obsoleto, irracional y poco eficiente).
2.- Introducir cambios organizativos y funcionales en el Sistema Nacional de Salud: No existe una autentica coordinación entre servicios asistenciales (AP y hospitales), servicios de Salud Pública, trabajo social y atención a la dependencia. Esta situación impide una atención de salud integral y limita la respuesta a nuevas epidemias. Es urgente introducir cambios organización y funcionales en el Sistema Sanitario y de Dependencia.
- Potenciar las áreas de salud para transformarlas en el espacio para la coordinación de recursos sanitarios, salud pública, sociosanitarios, dependencia y comunidad. La pandemia dejó en evidencia la necesidad de mayor coordinación sanitaria y comunitaria
- Potenciar los Servicios de Salud Pública y su coordinación con el resto sistema
- Desarrollar la participación social y profesional en la planificación, gestión y control de todo el SNS
Es importante crear un espacio para la protección de la salud que articule las políticas públicas sectoriales (entre ellas la sanidad y más en concreto Salud Pública y AP), las instituciones y la participación de la ciudadanía. Es el espacio de los determinantes sociales de la salud y la salud colectiva: el área comunitaria de salud y bienestar social
3.- Reformar y mejorar los hospitales públicos: la estrategia para hacer frete a la epidemia pasó por el cierre de servicios, recursos diagnósticos y actividad quirúrgica. Esto ha incrementado las listas de espera en patologías de gran trascendencia para la salud. Mientras aumenta la mortalidad evitable, los centros siguen semicerrados, mientras se han incremento las derivaciones a los centros privados en manos de multinacionales, que han experimentado un fuerte crecimiento.
- Plan urgente para poner a pleno rendimiento la actividad hospitalaria que aborde las listas de espera acumuladas durante la pandemia, optimizar la capacidad (horario de tarde) y evaluar los recursos/ actividad/ resultados
- Aumentar el número de camas, especialmente de media y larga estancia.
- Mejorar la gestión de los centros profesionalizando las gerencias, democratizar sus estructuras, recuperar el consenso y acabar con el gerencialismo.
- Incremento de los recursos humanos y mejora de las políticas de personal (retribuciones, incentivos, etc.)
- Acabar con la doble dedicación del personal a la sanidad pública y a la privada, empezando por las jefaturas de servicio.
4.- Luchar contra la privatización: La paralización de buena parte de la actividad hospitalaria ha incrementado las derivaciones de pacientes a los centros privados y la contratación de seguros complementarios. Los Hospitales de Colaboración Público-Privada en manos de multinacionales están presentando una fuerte resistencia a su reversión al sistema público. Exigir la paralización de la Colaboración Público-Privada que beneficia al sector privado que recibe fondos públicos (Concesiones, PFI, consorcios…). No se está avanzando en el compromiso del gobierno de reforzar la sanidad pública de gestión directa, salvo en alguna comunidad autónoma (Valencia)
- Cambio del Anteproyectode la Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión del SNS, de manera que se refuerce la Sanidad Pública, se impidan las nuevas privatizaciones, se favorezca la reintegración de las CPP en el sistema sanitario público y se integren las mutualidades de funcionarios en la Sanidad Pública.
- Reintegrar al sistema público (gestión pública y directa) los Hospitales de colaboración Público-Privada, Consorcios y centros de Atención Primaria (EBAS).
- Plan de choque para acabar con las actuales listas de espera hospitalaria utilizando de manera intensiva los recursos de los hospitales públicos.
5.- Recuperar el Sistema Sanitario Público tras la pandemia COVID. La Sanidad Pública ha sufrido un serio embate durante la pandemia y es necesario realizar un gran esfuerzo para su recuperación. Sin embargo, tanto el Ministerio de Sanidad como la mayor parte los Servicios de Salud de las CCAA no han aumentado lo necesario o han reducido los presupuestos sanitarios, especialmente los de Atención Primaria. Los Fondos Europeos para la reconstrucción tras la COVID no dedican el dinero que se precisa para recuperar y potenciar la Sanidad Pública ni la Atención Primaria.
- Exigir un aumento de 1.000 € por habitante para el Sistema Sanitario Público
- Proponer un Nuevo Modelo de financiación autonómica que garantice la suficiencia y la equidad
- Integrar MUFACE en el Sistema Sanitario Público
- Recuperar los/as trabajadores sanitarios que emigraron a otros países para escapar de la inestabilidad y precariedad, mejorando las condiciones laborales y salariales.
6.- Controlar y racionalizar el Gasto Farmacéutico y Tecnológico: Continúa creciendo, especialmente el hospitalario como consecuencia de los nuevos fármacos, que con frecuencia apenas aportan mejoras respecto de los actuales, y cuyos precios no se corresponden con los costes de investigación y comercialización realizados por los laboratorios. De mantenerse esta progresión (el gasto farmacéutico tiene un aumento superior y casi el doble que el del gasto sanitario) pondrían en riesgo la sostenibilidad del sistema
- Plan para racionalizar y combatir el incremento del gasto farmacéutico y de tecnología sanitaria (Centrales de Compras, Agencia Pública para evaluación de nuevas tecnologías, potenciación de medicamentos genéricos, políticas de fijación de precios y de financiación por el sistema público)
- Creación de un Laboratorio Farmacéutico Público, acabar con las patentes en medicamentos esenciales, financiación de fármacos de elevado coste y baja eficacia (oncológicos, biológicos, personalizados…).
- Cambiar la política actual de precios de medicamentos
7.- Potenciar la investigación y la docencia. Los fondos para investigación son escasos en comparación con otros países y no responden a las necesidades de salud de la población o de la mejora del funcionamiento del sistema público.
- Incrementar el presupuesto para investigación sanitaria
- Plan estratégico para potenciar la investigación sanitaria en función de los problemas y necesidades detectados, financiado y gestionado directamente por el SNS
- Poner fin a la CPP en la investigación (fundaciones hospitalarias, etc.)
- Incrementar las plazas docentes MIR y EIR especialmente de Medicina y Enfermería Familiar y Comunitaria
- Potenciar el Modelo Comunitario en la formación de los profesionales de Atención Primaria. Modificar el funcionamiento y orientación de las Unidades Docentes
8.- Otro modelo Sociosanitario. La pandemia ha demostrado la importancia del sector sociosanitario y las malas condiciones en que se encuentra en cuanto a dotación, medios y cualificación profesional. Hay que actualizar la legislación que regula la acreditación, inspección y funcionamiento de las residencias geriátricas; sistema de inspecciones rutinarias y sin aviso previo, publicidad de denuncias…; deben de establecerse ratios mínimas de personal, protocolos (médico, farmacéutico…) y potenciar una red de residencias de titularidad y gestión pública.
9.-Potenciar la Salud Pública. Es urgente la instauración de medidas inmediatas que mejoren sus recursos y capacitación. Es fundamental su interrelación en el caso de la sanidad con AP y con todas las políticas sectoriales (medioambiente, políticas sociales, etc.). Hay que desarrollar e implementar la Ley General de Salud Pública (33/2011).
10 – Reforzar los mecanismos de coordinación y de implementación de políticas estatales. Un sistema autonómico, incluso federal, no puede ser incompatible con instrumentos ejecutivos que permitan la coordinación y la cooperación de los territorios. La experiencia de la mala gestión de la pandemia obliga a la definición de instrumentos., deberíamos de aprender de la mala experiencia durante la pandemia. Hay que establecer un nuevo marco de cooperación inter autonómico para avanzar de manera coordinada en el futuro reforzando el Consejo Interterritorial como coordinador de las estrategias de salud de los 17 Servicios de Salud, y promover un Plan de Salud consensuado por las diferentes CCAA
Todas estas cuestiones no parece que vayan a ser abordadas de manera consecuente por las distintas administraciones sanitarias, por lo que es cada vez más necesaria una amplia y unitaria movilización social y profesional para lograrlo.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
Enero de 2022