
La Ministra de Sanidad Carolina Darias acaba de anunciar la composición del equipo de evaluación de la pandemia Covid 19, aprobado por unanimidad por el Consejo Interritorial de Sanidad, en la reunión del miércoles pasado.
Lo forman cuatro profesionales, dos mujeres economistas, un catedrático de medicina preventiva y un médico epidemiólogo ya jubilado. Su objetivo será la “planificación y coordinación del marco de evaluación independiente del desempeño del sistema sanitario frente a la pandemia provocada por la Covid-19”
En primer lugar, en la FADSP consideramos que el Equipo Covid tiene poca independencia:
Una de las economistas nombradas forma parte de la “Fundación Signo”, vinculada a las escuelas de negocio de la iglesia católica, a la industria farmacéutica, a Telefónica y a la industria de tecnologías sanitarias (Philips Ibérica). La Fundación Signo es un lobby cuyo objetivo esencial es la aceleración de la transformación digital de la atención sanitaria, su área de negocio, con una fuerte apuesta por la telemedicina y la consulta virtual, que debe ir sustituyendo a la presencial hasta en el 70% de los casos, para lo que pretenden aprovechar el impulso de la pandemia.
El médico epidemiólogo, subdirector general en la Consellería de Sanidad del gobierno del PP de Galicia hasta su jubilación, y forma parte de la comisión técnica para la gestión de la pandemia de la Xunta, de forma que se audita a si mismo.
El catedrático de Medicina preventiva es asesor científico de la Multinacional Farmacéutica Lilly, interesada en los datos sanitarios de la pandemia, a disposición de los miembros del comité, y con intereses comerciales en los tratamientos covid (costosos anticuerpos monoclonales).
Además, se echa en falta la presencia de profesionales sanitarios en activo del SNS, de los que disponemos en abundancia, formados e independientes, ya que, aunque posteriormente se unan al equipo, su influencia será menor.
La pandemia ha sido gestionada golpe a golpe, con aciertos y con errores, y ha abierto una herida en la AP que parece no va a cerrarse sino a ampliarse, dada la apuesta por la medicina virtual, y los conflictos de intereses con la industria que más se está beneficiando.
En la FADSP nos parece difícil de entender que, tras una pandemia que ha devenido en una crisis que ha puesto en vilo nuestra sanidad, nuestra economía y nuestras vidas, no se abra un debate amplio y profundo, con una línea de participación con las organizaciones comunitarias, para aprender de los aciertos y de los errores, y recuperar y fortalecer nuestro SNS.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
25 de septiembre de 2021